A quienes son de Buenos Aires y se la pasan repitiendo que en la Argentina no hay libertad de expresión o que el Gobierno quiere hegemonizar los medios, les proponemos un ejercicio. Siéntanse kirchneristas por un verano y en el rincón del país en el que se encuentren traten de informarse. Intenten, durante sus vacaciones, conseguir los diarios Tiempo o Página/12 en Viedma o en Chilecito, por ejemplo. Traten de sintonizar Radio Nacional en las rutas de San Luis, o de ver CN23 o la TV Pública en algún bar de Córdoba.
A mas de cinco años de promulgada la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, un sector importante de nuestro pueblo (mayor o menor según quien opine) sigue silenciado en gran parte del país. No solamente en muchos pueblos, ciudades, y provincias se sigue consumiendo la información de Buenos Aires, sino únicamente la de los medios concentrados aliados al Grupo Clarín.
Las transformaciones, es evidente, llevan mucho tiempo, paciencia y persistencia.
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