sábado, 6 de febrero de 2010

Riqueza no es oligarquía

Algunos periodistas entregados a la causa del sentido común, tratan de descalificar determinados procesos políticos por el solo hecho de que algunos de quienes los impulsan son personas ricas. Y se suman al coro de quienes igualan riqueza con oligarquía.
Si en sus orígenes griegos, la definición de oligarquía tenía que ver con una forma de gobierno, la historia, la economía, la sociología y cualquier análisis político actual mas o menos riguroso sitúa a la oligarquía en esos grupos de familias tradicionales ligadas a la propiedad de la tierra y con conexiones económicas poderosas, tanto como para desestabilizar gobiernos como para imponer sucesores. Los Anchorena, los Biolcatti, los Miguenz, los Beccar Varela, los Martinez de Hoz, los Cavanha, los Perez Compan, etc., etc., son ejemplos de nuestras pampas que se repiten en toda latinoamerica. Se casan entre ellos, hacen negocios a su interior, son socios y fugan divisas juntos. Son un poder oligárquico que hacen lo posible por mantener sus privilegios viviendo de presionar al Estado. Para oponerse a ellos, se puede ser trabajador, intelectual, funcionario, profesional, comerciante y nada invalida que también se puedan oponer empresarios nacionales o quienes tengan alguna fortuna o riqueza personal.