domingo, 28 de agosto de 2011

Para Gracielita!


Pintamos paredes juntos. Hicimos pasacalles. Repartimos volantes. En fin, militamos. Era una época de pasión y alegría. Después pasaron muchas cosas, neoliberalismo, 2001, distancias geográficas y partidarias. La nueva época por la que atraviesa el país durante los últimos años nos volvió a juntar. Fue de casualidad en un evento en Morón (Foto). Quedamos en vernos y tomar mate, actualizarnos. Se la veía con la polenta de siempre. No cumplimos, pero otra casualidad nos encontró compartiendo la inauguración de la sede nacional de la Agrupación Negros de Mierda. Nos volvimos a prometer mates y charlas. Contagiaba vida y entusiasmo. Otra vez no cumplimos, el laburo, la campaña, simpre algo que hacer, una mierda. Ahora me queda la peor nostalgia, esa de la que habla Sabina, añorando esa amistad que no sucedió y que podría haber sido.

Uno de los días más felices en los últimos años para el pueblo argentino, ese catorce de agosto en el que se reconoció la vitalidad de un nuevo tiempo, Gracielita (como siempre la llamábamos) murió de un cáncer fulminante que no la dejó despedirse de casi nadie. Esta es mi despedida y homenaje a una militante de toda la vida. Me queda el sabor de lo que faltó pero el aprendizaje de vivir los vínculos con felicidad, ser feliz en cada minuto, Gracielita pensaba así.