martes, 25 de agosto de 2015

Ensayo general para la farsa actual...

Para empezar y que no queden dudas, lo primero que decimos es que repudiamos todo tipo de represión. Nada la justifica y los responsables deben ser investigados y sancionados.
Sin embargo, quienes se quedan solo en ese repudio y en viralizar fotos de heridos, cometen el grave error de descontextualizar los hechos, e ingenuamente o con intención, suman su energía a las estrategias de desconocimiento del voto popular, expresión máxima de la democracia.
Repudien, pero pongan en contexto. Repudien y salgan a bancar la democracia, los votos de las mayorías, los resultados electorales. Eso sería no dejarse usar por quienes están sembrando acá y en toda América Latina la instalación del voto calificado, la superioridad de algunos votantes por sobre otros, la descalificación del voto popular y la sensación de vencedores vencidos. Respetamos absolutamente todos los cacerolazos y movilizaciones, incluso que en ellos se insulte y se digan barbaridades cuestionando a las mayorías populares. Pero jamás vamos a respetar que a la hora de las elecciones aquellos insultos, se conviertan en la práctica del desconocimiento de los resultados.
Ya se está diciendo por estas horas: no se trata de Tucumán, están preparando el camino para octubre. Saben que no les alcanzarán los votos y nuevamente serán oposición. Entonces crearán climas, intentarán contubernios parlamentarios, seguirán con sus lock out agrarios, presionarán al dólar, y apostarán todo a que la conjunción de esos factores cree un clima adecuado para torcer el rumbo de este país, abandonando la senda del desarrollo autónomo de una vez por todas, porque para ellos esta experiencia ya lleva demasiado tiempo.
Esperamos por el contrario, que la abrumadora mayoría del pueblo argentino no se sume a estos movimientos antidemocráticos y defienda todos los resultados electorales, TODOS. Donde haya que contar de nuevo algunas urnas, se contarán, donde haya que repetir la elección en algunas mesas, se hará, pero el resultado se respeta. Nos costó mucho la democracia. Y la oposición la está degradando. Ser mal perdedor en la democracia no es un juego. Es un riesgo para todos. No lo corramos.