
Los derechos no terminan. La frase del título es la peor trampa tendida por el sentido común. Hay innumerables ejemplos de derechos en conflicto, en los que a veces se resuelve en favor de unos, de otras o se llegan a acuerdos. Tenemos derecho a utilizar las plazas públicas de noche y sin embargo están enrejadas porque no encontraron mejor manera de cuidarlas para quienes las quieren usar de día. Las divas de la televisión tienen derecho a circular tranquilas con sus autos modelo 2009 y sin embargo se lo impiden quienes tienen el derecho constitucional a reclamar. Son derechos en conflicto y habrá que hacer equilibrio entre unos y otros. Aunque, con el razonamiento de nuestras estadistas mediáticas, se podría pensar en la posibilidad de reprimir a las divas que andan en auto, porque su derecho a circular terminaría donde empieza el derecho a peticionar.