martes, 10 de noviembre de 2009

Mis derechos terminan donde empiezan los de los demás

Los derechos no terminan. La frase del título es la peor trampa tendida por el sentido común. Hay innumerables ejemplos de derechos en conflicto, en los que a veces se resuelve en favor de unos, de otras o se llegan a acuerdos. Tenemos derecho a utilizar las plazas públicas de noche y sin embargo están enrejadas porque no encontraron mejor manera de cuidarlas para quienes las quieren usar de día. Las divas de la televisión tienen derecho a circular tranquilas con sus autos modelo 2009 y sin embargo se lo impiden quienes tienen el derecho constitucional a reclamar. Son derechos en conflicto y habrá que hacer equilibrio entre unos y otros. Aunque, con el razonamiento de nuestras estadistas mediáticas, se podría pensar en la posibilidad de reprimir a las divas que andan en auto, porque su derecho a circular terminaría donde empieza el derecho a peticionar.