lunes, 19 de diciembre de 2011

A diez años


El aire estaba muy espeso. Desde nuestro balcón del barrio de Once se comenzaban a ver, por Corrientes, ríos de gente apropiándose de la avenida, caminando hacia el centro. Las luces de las ventanas se encendían por un momento, como para asomarse y contagiarse. En algunos casos los mismos que nos asomamos, nos reconocimos al rato ya decididos, sumados a la multitud. Esa situación se repitió a la tarde, a la noche y al día siguiente. 19 y 20 de diciembre de 2001. El resto ya lo conocen. 36 muertos. Podríamos haber sido cualquiera de nosotros. Memoria, verdad y justicia, por ellos y ellas.


(Foto: impactante muestra sobre aquellas jornadas que se puede ver en los principales puntos de la ciudad en que sucedieron)

sábado, 17 de diciembre de 2011

Moyano y las vacaciones


Para suerte o desgracia de Hugo Moyano el Día del Camionero casi se cae del calendario anual. A diez días de navidad y quince de la inactividad casi total, su duro discurso solamente puede producir ríos de tinta y especulaciones. La tranquilidad que se percibe en la calle no se verá afectada por ningún titular catástrofe. Hacia el futuro es evidente que provocará reacomodamientos, negociaciones y tal vez, solo tal vez, algún conflicto gremial. No mucho más.
Moyano fue consecuente en su lucha contra el neoliberalismo de Menem y en su apoyo al kirchnerismo en los peores momentos. Eso lo convirtió en el enemigo del establishment que ahora lo elogia. Sin embargo eso mismo no lo convierte automáticamente en representante de millones y millones de trabajadores y trabajadoras, registrados y no registrados. Es apenas el referente circunstancial de un sector del movimiento obrero organizado, surgido de negociaciones y elecciones muy indirectas en un momento histórico determinado. El reconocimiento a su trayectoria debe estar enmarcado en la actual realidad política, donde tenemos una presidenta que dice y acciona todo el tiempo y sin neutralidad a favor de quienes trabajamos y de quienes todavía no pueden hacerlo. Si Moyano no entiende esto, quedará relegado a compartir cartel con los Barrionuevo, el Grupo Clarín y Carrió. Ojalá que no. Pero si sucede, ojalá que quién lo reemplace exprese una superación y no un retroceso. Mientras tanto seguiremos bregando por el voto directo y mas democratización sindical.

Contra la tendinitis


A veces nos gusta hablar de temas que hayan pasado de la agenda diaria de los medios. Cuando los trabajadores y trabajadoras del Subte comenzaron con su reclamo laboral relacionado a la carga de las tarjetas SUBE, lo hicieron con tan mala muñeca política que se ganaron inmediatamente el repudio, la gastada y el aislamiento de gran parte de la sociedad. Hasta la Presidenta los puso en ridículo. Coincidimos en que tal vez sus medidas de fuerza deben ser mucho mas pensadas que en cualquier otro rubro gremial porque repercuten de distinta forma. Eso no quiere decir que no hayan intentado con distintas medidas (no cargar la tarjeta, por ejemplo) antes de afectar el servicio. No es fácil para cualquier gremio buscar medidas creativas que a la vez sean efectivos instrumentos de presión. Pero mas allá de lo que cada uno opine de las medidas de acción directa en sí, no creemos que haya que minimizar el reclamo. Observen bien en cualquier boletería de subte: las máquinas están mal puestas. No puede ser que la empresa no pueda invertir unos pocos pesos en hacer un posnet que tenga un teclado a la altura del escritorio. Es algo muy simple que como usuarios tendríamos que reclamarles a los empresarios. ¿O seguirán jugando con el desprestigio de los paros del subte? Esa es su excusa para no invertir, no le hagamos el juego.