
Los símbolos nos interesan mucho. Incluido el lenguaje, reproducen la cultura hegemónica, dominante. Quienes siguen nuestros escritos, saben que no nos parecen cuestiones menores y que también la pelea por el lenguaje y los símbolos es otra batalla a dar. En Saliquelló había un monumento al golpe que derrocó al segundo gobierno democrático de Juan Domingo Perón. De a poco se fue juntando fuerza social y política que lo cuestionaba. Lamentablemente antes de que eso rindiera sus frutos, un grupo antikirchnerista autodenominado peronista
fue una madrugada y lo derribó. Tal como la existencia de aquel monumento, hay nombres de calles que siguen siendo una afrenta a la democracia. A muy pocas cuadras de la Plaza principal de la ciudad de Río Cuarto, Provincia de Córdoba, y a algunas más de la Quinta Presidencial de Olivos, en Martínez, Partido de San Isidro, Provincia de Buenos Aires, sendas calles llevan todavía el nombre del dictador Pedro Eugenio Aramburu. Estamos viviendo una época en la que tal vez haya ciudadanos y ciudadanas que ya no aguanten mencionar ese nombre cuando tengan que dar su dirección. Ojalá les de vergüenza y hagan algo.
Realmente penoso, sobre todo para la memoria de los caídos en el bombardeo de Plaza de Mayo, de los fusilados en José León Suárez, de los encarcelados por la -qué ironía- llamada "Libertadora".
ResponderEliminarMiserias hechas por miserables, homenajeadas por otros miserables. Hago llegar mi repudio.
Saludos
Creo que el camino que plantea Osvaldo Bayer es el correcto. Lo llama "desmonumentalizar" (en el mismo sentido lo del nombre de Aramburu que menciona el blog). Bayer lo hace desde la militancia concreta y habla de Julio Argentino Roca. Ojalá la masa crítica crezca en relación a lo simbólico, para desnaturalizarlo y cambiarlo desde la política. Un abrazo.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo Sujeto y Guillermo
ResponderEliminarAbrazos
Es una verdadera vergüenza y una cachetada para la democracia. Sería bueno que todos mandásemos una carta al Consejo Deliberante de San Isidro pidiendo el cambio de nombre de esa calle, como así también a los diarios. Por lo pronto,
ResponderEliminarun grupo de vecinas de ese partido nos estamos organizando para llevar adelante esa tarea
muy bien puesto el nombre del blog... "resentido" es el mejor adjetivo ;) miren para adelante. Saludos
ResponderEliminarahora ojo qu ela historia irá demostrando que heroes eran hijos de putas, este era un golpista, peron por mas bueno que sea le abrio la puertita a videla, años despues y no era ningun marxista, por mas que se quiera ver lo que no es, un perro es un perro no un gato, por mas que le peines la cola y le arranques los ojos. Pero bueno siempre fui partidario que las calles se llamen con nombres de cosas de arboles y no de gentes que hasta ahora no han dejado de ser humanos y por ende de mandarse cagadas.
ResponderEliminarSiempre pensé que el hecho de que una calle pueda mantener el nombre de Pedro Eugenio Aramburu habla mal de los vecinos que viven en ella. O ignoran quien fue Aramburu, o están de acuerdo con que tenga una calle con su nombre o no les importan los crímenes que cometió. Conozco sólo la de Martínez, pero encontré este blog queriendo saber si había más calles en el país con ese nombre.
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