viernes, 29 de octubre de 2010

Sentimos

Me despierto el jueves a la mañana después de haber trasnochado en la Plaza y tengo un mail de una amiga "troska", que me emocionó hasta las lágrimas. No se bien por qué lo cuento, tal vez para convencernos que, subterráneo o superficial, hay cambios profundos que distancian las épocas y las décadas. Que la buena gente está en todos lados y en los momentos de dolor se distinguen por su generosidad. No es la hipocresía y el oportunismo de algunos, a esos se los reconoce de lejos hasta en su muecas. Se trata de quienes realmente lo sienten, y uno sabe que lo sienten.
Hoy hice diez horas de fila sin saber bien para qué. Los velorios me fueron siempre algo extraño, así que no fue ese el fin. Ni siquiera era la necesidad imperiosa de apoyar a Cristina, ya habrá tiempo para eso. Fueron diez horas de caminar despacio, de cantar consignas, de aplaudir situaciones. Era una demostración, era ganar la calle, era estar, era decir que somos muchos. Somos muchos los que sentimos.