viernes, 29 de abril de 2016

Tres marchas para no retroceder

La multitudinaria movilización convocada - en un hecho histórico de los últimos años - por las cinco centrales sindicales, viene a complementar otros dos hechos de masas de los últimos días: el 24 de marzo y el 13 de abril.
Cada uno con sus características y no siempre con vasos comunicantes, muestran el poder de convocatoria cuando la consigna es "no retroceder". El 24 de marzo se conmemoraron 40 años del golpe genocida cívico militar y fundamentalmente se dejó en claro que no se está dispuesto a resignar absolutamente nada en el camino de Memoria, Verdad y Justicia. El 13 de abril fue una rotunda demostración de la vigencia de un amplio sector político que reconoce un liderazgo en la figura de Cristina Fernández de Kirchner y que construye para el futuro. Y hoy, el movimiento obrero, la clase trabajadora, desbordando cualquier estimación de sus propios dirigentes, salieron a la calle a decir que no están dispuestos a perder ninguna conquista.
Cientos de miles de trabajadores y trabajadoras colmaron las calles del centro porteño. Había gente por avenidas, calles y callecitas. Desde la 9 de Julio a Paseo Colón y desde Rivadavia hasta San Juan.
No fue un acto mas. Tal vez haya sido la despedida de Hugo Moyano como orador ante multitudes y como Secretario General de la CGT. Y aunque ganemos enemigos en lo que vamos a decir, su figura merece mas quedar en la memoria con un acto como el de hoy, que con sus patéticas apariciones del año 2015 las que incluyeron apoyos explícitos al Presidente que sin lugar a dudas tendrá que enfrentar, porque como él mismo dijo en su discurso "los trabajadores son los que generan la riqueza de la Patria". Y el gobierno del PRO vino para que se la apropien los dueños de la Argentina. Contra la vulgata mediática, y a veces "ciudadana", las columnas de cientos de miles de trabajadores y trabajadoras escucharon atentamente los discursos y los encuadramientos gremiales en cada sector no impidieron en ningún momento la convivencia y la unidad en la acción.
Que a cinco meses de asumido el Gobierno ya se hayan producido estas movilizaciones, da cuenta de un momento absolutamente nuevo en la Argentina. Un Gobierno que viene por todo, como la última dictadura y el menemismo, pero que no puede recurrir abiertamente a la represión de aquélla ni a la complicidad sindical de aquél.
Al gobierno le queda el inmenso poder de sus aliados mediáticos, pero le sabrá a poco si se empecina en seguir apostando a las recetas que fracasaron en el pasado o si piensa que solamente con los medios de comunicación puede defender un plan de brutal transferencia de ingresos de las mayorías hacia las minorías de siempre.