viernes, 19 de febrero de 2016

El Estado NO hace viviendas, las paga

Con el objetivo de estigmatizar y desprestigiar a Milagro Sala, a la Tupac Amaru, a las organizaciones sociales y a las cooperativas de trabajo, se escucha en las últimas semanas, en forma aleccionadora, un lugar común que dice mas o menos así: "Es el Estado el que tiene la obligación de hacer viviendas". ¿Perdón? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿De qué manera? ¿El Estado tiene empresas constructoras propias? ¿El Estado tiene empleados públicos de la construcción? Si en algún lugar del país o del mundo sucede esto, por favor infórmenos porque sería digno de mencionar. El Estado NO hace viviendas. Contrata empresas privadas para realizarlas. Y todas tienen, como es lógico, el lucro y la ganancia como fin último. Las podrán hacer en forma mas o menos eficientes, pero siempre con esos fines. En cambio el Estado también puede encargarle la construcción de viviendas y obra pública a Cooperativas de Trabajo y Organizaciones Sociales. También podrán hacerlas en forma mas o menos eficientes, pero lo que es seguro es que no tienen
como fin la ganancia, sino que sus utilidades, tanto por Ley como por su Objetivos Estatutarios deben ser reinvertidos. Y es evidente que lo hacen, como ejemplifican las fotos que ilustran este post y que diferencian los barrios hechos por las Cooperativas de cualquiera de los construidos por empresas privadas.
Por lo tanto repetir el argumento de que las viviendas y los barrios que hizo la Tupac Amaru deberían haberlas hecho el Estado, es, con todo el respeto del mundo, un argumento de idiota útil, entendiendo esto, de quién repite algo beneficiando sin querer a determinado negocio, en este caso a las empresas privadas que realizan obras públicas.

domingo, 7 de febrero de 2016

Fin del antikirchnerismo

Tal vez por inercia política aunque, lo mas probable, por intereses concretos de quienes gobiernan y sus corporaciones aliadas, el clivaje político en estos primeros dos meses de mandato sigue siendo Kirchnerismo vs. antikirchnerismo.
No puede durar mucho mas. Quienes nos sentimos kirchneristas y vamos a agradecer de por vida haber vivido lo que para nosotros fueron los mejores doces años continuados de la historia argentina, debemos contribuir de manera urgente a que se modifique ese clivaje.
No tiene ningún sentido contestar a cada comentario, declaración o chicana del tipo "pero ustedes lo hacían así o peor".
No podemos perder ni un minuto mas de tiempo en dar esas discusiones inútiles en esta coyuntura. La Historia pondrá a los doce años que pasaron en el lugar que se merecen, por mas que siempre habrá escribas e historiqueros que intentarán desmerecerlos.
Ahora es momento de sumar voluntades con el mayor espectro posible. Nos toparemos en el camino, por derecha y por izquierda, con antiguos adversarios. No servirá tampoco acusarlos de funcionales a nada de lo que hayan sido en el pasado, porque hoy necesitamos de la funcionalidad de todos para enfrentar la mayor transferencia de ingresos de los últimos tiempos, de las mayorías a las minorías.
Quienes pesamos que nuestro país no llegó nunca a pasar de una mínima etapa de desarrollo autónomo y que eso fue por el poder económico local siempre aliado a intereses extranjeros, sabemos que en esta etapa están intentando y poniendo en acción un nuevo freno a ese mínimo desarrollo.
Hoy el debate y la acción deben pasar por buitres o sueldos docentes, pobreza o exportadores, trabajo o ajuste, en definitiva, macrismo o antimacrismo.
Somos indiscutiblemente una abrumadora mayoría quienes queremos una mejor distribución del ingreso, la disminución de la pobreza, el mantenimiento y aumento de los niveles de empleo, el desendeudamiento, el desarrollo con inclusión. El paso de los días y los meses hará que también seamos absoluta mayoría quienes veamos que nada de eso lo encarna el macrismo.
Trabajemos en eso. Ya.

Queremos que le vaya bien a Macri

La frase del título se escucha y se lee bastante últimamente. Es políticamente correcto decir que uno quiere que al Presidente le vaya bien porque de esa forma nos iría bien a todos. Pero ¿qué significa que a Macri le vaya bien? ¿Significa que gane las próximas elecciones? ¿Significa que sus medidas no sean repudiadas y pueda aplicarlas sin resistencia? ¿O significa un deseo para que no se equivoque?.
Cualquiera de las preguntas y sus respectivas respuestas se quedarían en un análisis absolutamente superficial alejado de un planteo mínimamente político que piense en serio en los destinos de un país.
De nada sirve realizar comentarios y declaraciones políticamente correctas cuando en los hechos ya hay medidas que marcan un rumbo, un modelo de país y un final que es sencillo anticipar, porque como dijo Einstein, "Si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".
Las medidas tomadas hasta el momento ya han sido tomadas en las peores etapas de nuestra Historia y provocaron desempleo, desindusrialización, sobreendeudamiento y como lógico final, crisis política, económica y social.
Que le vaya bien a Maci con estas medidas significaría que solamente él y muy poquitos argentinos (los que ganaron siempre con las crisis) resultarán favorecidos por la brutal transferencia de ingresos que está en marcha.
La mayor parte de los argentinos y argentinas queremos que le vaya bien a la mayor parte de los argentinos y argentinas. A casi sesenta días de iniciado el nuevo Gobierno estamos en condiciones de opinar con fundamento que el camino emprendido es el contrario.