
El principal argumento para desacreditar la denuncia sobre la apropiación compulsiva de Papel
Prensa S.A. es que, en ese momento, la principal denunciante no estaba detenida - desaparecida, ni torturada, ni encarcelada. Estaba libre. Como millones de argentinos y argentinas desde el 24 de marzo de 1976. Libres. Nadie sufría amenazas ni
persecuciones. Libres. No había censura ni presión a la prensa. Libres. ¿Puede haber argumento mas miserable?