
Nos interesa en este blog, aunque parezcan obvios, repetir argumentos que puedan desarmar discursos hechos. La pena de muerte está instituída de facto. La generación de un consenso social represivo hace que nadie se preocupe cuando un policía mata a un ladrón, tenga la edad que tenga. No importa si había otras alternativas, si fue relamente en defensa propia o si transgredía alguna ley. Bien muerto está, piensan muchos. Cualquiera que va a cometer un delito entonces, conoce esa posibilidad y no se amedranta ante ello. Está claro que si queremos prevenir los homicidios y los robos violentos antes de que se produzcan para resguardar la vida y la integridad de las personas, habrá que bucear en las causas, porque para las consecuencias será tarde.