lunes, 20 de noviembre de 2023

Sin gradualismos

 Hoy corresponde felicitar al Pueblo argentino por otra jornada democrática en paz.

Inmediatamente no puedo dejar de expresar los sentimientos que me atraviesan y, desde el pensamiento racional, advertir lo que se viene.
Una mayoría contundente de los argentinos y las argentinas votó por un cambio, sin importarle las consecuencias de este cambio en particular o pensando inocentemente que no se puede estar peor. Les tengo malas noticias: el Presidente electo ya anunció un ajuste de shock y no se comprometió a colaborar con la estabilidad en los días que faltan hasta su asunción. Esto implica graves consecuencias en el mercado de cambios, que todos sabemos que se trasladarán a precios indefectiblemente. Una vez asumido, ratificó que aplicará su propuestas estrafalarias que implican un ajuste brutal ("sin gradualismos", "inexorable", dijo) lo que significa mayor caída del poder adquisitivo, ingreso en una recesión profunda, despidos, desocupación, cierre de pymes y de comercios y, probablemente, confiscación de los ahorros de los argentinos.
En relación a las libertades, en su primer discurso como Presidente electo, amenazó "dentro de la ley todo, fuera de la ley nada". Sabiendo que los derechos siempre se contraponen unos con otros, es evidente que elegirá las leyes que le permitan reprimir las manifestaciones públicas olvidándose de las que las permiten. Lo mismo pasará con los derechos laborales y previsionales a los que califica como "privilegios".
La composición del nuevo gobierno, lamentablemente al cumplirse 40 años de la recuperación democrática, será la mas parecida a la alianza cívico militar que gobernó durante la dictadura genocida. No, no digo que son los mismo, digo que sus componentes políticos son similares.
Sé perfectamente que quien votó a Milei con esperanza y lee estas líneas puede sentirse ofendido. Sin embargo creo que una inmensa mayoría no votó de esa manera. Abrumadoramente votaron en contra de. Y por eso hoy estamos sumergidos en un momento de gran zozobra.
En el Siglo XIX la Argentina no era una potencia mundial. Había muy poquitos que tenían mucho y la elites gobernantes eligieron el modelo agroexportador que nos mantiene hasta hoy en el subdesarrollo. Los momentos del siglo XX y XXI en el que se intentó un desarrollo productivo con inclusión fueron una y otra vez abortados por los admiradores de aquellas elites. Estamos ante un nuevo intento de entrega total de nuestros recursos naturales para beneficio de una minoría y con la eterna promesa del derrame. Esta vez ese derrame sucedería dentro de "treinta y cinco años".
Se vienen tiempos difíciles. Un sector importante de la alianza ganadora tiene ansias de persecución a defensores de los derechos humanos, a defensores de las diversidades, a defensores de los derechos laborales, a periodistas críticos y a militantes en general. Confío en que la mayoría no votó por eso y que si se llegara a concretar esa persecución, la sociedad toda reaccionará.
Son días de cuidar los afectos, las redes construidas, fortalecer los vínculos y prepararnos para cuidarnos y cuidar con fuerza que no nos vendan el país.
La Argentina también tiene una larga historia de defensa de los intereses nacionales, de los derechos humanos y de los derechos de los trabajadores y trabajadoras.
Confiemos en eso.

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