sábado, 17 de diciembre de 2011

Moyano y las vacaciones


Para suerte o desgracia de Hugo Moyano el Día del Camionero casi se cae del calendario anual. A diez días de navidad y quince de la inactividad casi total, su duro discurso solamente puede producir ríos de tinta y especulaciones. La tranquilidad que se percibe en la calle no se verá afectada por ningún titular catástrofe. Hacia el futuro es evidente que provocará reacomodamientos, negociaciones y tal vez, solo tal vez, algún conflicto gremial. No mucho más.
Moyano fue consecuente en su lucha contra el neoliberalismo de Menem y en su apoyo al kirchnerismo en los peores momentos. Eso lo convirtió en el enemigo del establishment que ahora lo elogia. Sin embargo eso mismo no lo convierte automáticamente en representante de millones y millones de trabajadores y trabajadoras, registrados y no registrados. Es apenas el referente circunstancial de un sector del movimiento obrero organizado, surgido de negociaciones y elecciones muy indirectas en un momento histórico determinado. El reconocimiento a su trayectoria debe estar enmarcado en la actual realidad política, donde tenemos una presidenta que dice y acciona todo el tiempo y sin neutralidad a favor de quienes trabajamos y de quienes todavía no pueden hacerlo. Si Moyano no entiende esto, quedará relegado a compartir cartel con los Barrionuevo, el Grupo Clarín y Carrió. Ojalá que no. Pero si sucede, ojalá que quién lo reemplace exprese una superación y no un retroceso. Mientras tanto seguiremos bregando por el voto directo y mas democratización sindical.

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