En el Página 12 del domingo pasado citan las declaraciones de un vecino de Gualeguaychú, un tal Daniel Gomez:
“A mí me duele cuando nos llaman piqueteros, porque nosotros tuvimos que salir a cortar no por gusto, sino para que el Estado se ocupara del tema.”
No quiero personalizar en este pobre tipo sino ponerlo de ejemplo para ver cómo una identidad determinada termina siendo usada como insulto. Pareciera que hay quienes pueden tener el privilegio de cortar rutas y puentes simplemente porque no lo hacen "por gusto". Generalmente son los sectores que no solamente logran con más rapidez que el Estado se ocupe del tema (En este caso hasta se llegó a un fallo de la Corte de la Haya!) sino que consiguen la simpatía del entramado mediático como sucedió también con los patrones agrarios. ¿Qué es lo que le puede causar dolor a alguien cuando lo llaman piquetero? ¿Qué tan colonizada está su cabeza? ¿O qué tan arraigado está el individualismo como para ver justicia solamente en los reclamos propios?
Piqueteros blancos,en fin.
ResponderEliminarSaludos.